
Solo en cinco minutos, fugaces y ensordecedores, solo pasaron cinco minutos y en esa pizca de tiempo en el que se puede dar uno cuenta de todo y de nada a la vez te perdías. Inmerso en sueños viajabas en el vagón central... ¿ adónde irías ? tu mente volando y yo allí sentado junto a ti como un tonto enbobado. Y mientras tú mirabas hacia el cielo nocturno en otro de tus sueños... en una playa, yo veía esas estrellas a través de aquella sonrisa. Jugabas a mirarme de reojo cuando yo no estaba concentrado y entonces sonreías. Pasaron tan solo cinco minutos y ahora parece que no me ha dejado de suceder en todo este tiempo. Y aquí sigo recordando esa siesta en la que tan poco tiempo descansaste.
No hay comentarios:
Publicar un comentario