Las nubes

Hoy mientras caminaba sentía que el tiempo no era el mismo, las calles y el aire estaban muy quietos, como si se hubiera parado el mundo por unos instantes. Pero no era el mundo el que estaba inmóvil, sino yo. A pesar de que la rueda del tiempo continúa girando, el sol sale y sigue poniéndose, pero yo me encuentro igual a todas horas, como si estuviera aletargado, hibernando en pleno verano. Las calles, vacías, también llenas, no estoy acostumbrado al movimiento y por ello decido dormir y seguir soñando. Así estoy donde realmente quiero estar. Sé que esto tan solo se trata de contar poco a poco con paciencia. Una cuenta atrás que a veces avanza rápido y otras veces se estanca. Caminar soñando, tomar el bus soñando, contemplar la vista desde la ventana soñando. El tiempo está transcurriendo, y aunque yo no camine ligado a él, sigue su camino. Pronto llegará el día en el que me lanzaré a río para fluir de nuevo con él, cuando encuentre a todos aquellos a los que ahora estoy buscando.

      Los árboles jóvenes son impacientes, quieren florecer enseguida, aún cuando hay riesgo de las heladas tardías que hay al comienzo de la primavera. Así que florecen de forma prematura y se debilitan. Pero esta limitación se ve compensada de alguna forma con la fortaleza que poseen. El río sigue queriendo encontrarse con el mar y el sol sigue naciendo por el este. El joven árbol obstinado tan solo se tropieza, mientras que el anciano espera desnudo a la intemperie, con paciencia, para mostrar al mundo toda la experiencia que le ha sido otorgada y las formas que caracterizan al viento.

Ars longa


Pero nuestra huella no solo queda impregnada en la historia a través de lo que interpretamos o decimos. No se trata de una suma resonante de casos aislados. Es tanto así que todo lo que hacemos, conscientes o no de ello, queda inscrito en una red de metáforas personales, invisibles e intangibles. Solo el que produce una metáfora es capaz de transcribirla para interpretarla, los demás, al oírlas, nos perdemos entre significados, encadenados por nuestra propia experiencia.

Cada cual descifra, siguiendo sus patrones, sus normas básicas. Todos nos movemos por las calles en hileras, cientos de nosotros, asimilando lo que nos viene a los sentidos, y todo se adentra a través de unas rencillas, a través de unos filtros que nos permiten ordenarlo. Guiando nuestros pasos hacia cualquiera de las direcciones posibles, nuestras huellas serán implantadas en toda esta gran red, en la que una mirada, una pequeña mueca, o una palabra pueden cambiar el rumbo de toda una comunidad.


Imagen || Bernini

La necesidad



Llevo estos últimos años estudiando cómo el miedo nos lleva a la agitación o al estupor. Cómo nos aturde la tristeza y cómo nos ciega la euforia. He visto en pantallas de televisión a hombres que no podían parar de hablar y otros que no pueden dirigir la mirada. He leído cómo podemos convertirnos en salvajes bestias con ansias agresivas y cómo surgen las alucinaciones. Puedo decirte qué hay dentro de nuestra cabeza y qué es lo que le da estructura. Y todo ello desde tan lejos que parecía como si nos narraran alguna historia fantástica, como  si todo aquello no pudiera acercarse ni a miles de kilómetros.
            Sin embargo poco a poco te vas dando cuenta de lo inmerso que estás tú en todo esto. Cuando empiezas a observar más allá de un vistazo general comprendes que todo aquello tan lejano es ahora tan palpable como el suelo que pisamos. Todo está demasiado cerca y es demasiado real para entenderlo en poco tiempo.
            Ahora que empiezo a comprender es cuando he cruzado la primera línea del horizonte, pero aún quedan muchas más para capturar toda la complejidad que se está presentando ante mí. Cada día es una oportunidad para captar los miedos, comprenderlos y apaciguarlos. Para escuchar a la euforia, leer entrelíneas los descarrilamientos, compartir el sufrimiento, escuchar las pulsiones enérgicas, no temer a quién desestructura la realidad…
… para agarrar manos que necesitan ser agarradas, escuchar discursos que han de ser pronunciados, compartir el dolor que no es atendido, comunicar lo que ha de ser tenido en cuenta...

Imagen || by Susan Sanders romewithaview.com

La bondad es la más elevada de las virtudes humanas

Royksopp pone a la venta su nuevo disco: "Senior"


Después de casi dos años intensos con el buen sabor de boca que nos dejaron con su último disco "Junior", el grupo noruego nos deleita con su nuevo álbum titulado "Senior", una continuación de su anterior trabajo. Conscientes de que a día de hoy las filtraciones de discos en internet son algo de lo más común, han colgado su disco en streaming, que se puede escuchar desde su página web. Desde que tuve la oportunidad de oírlo he estado escuchando cada canción pausadamente, y pese a las últimas decepciones en cuanto a novedades musicales en el panorama, el disco parece merecer realmente la pena. Un nuevo lugar para refugiarme, junto con sus anteriores trabajos. Me quedo con los recuerdos que me han dejado y con ellos me voy a construir otros nuevos.

Para quién quiera experimentarlos recomiendo que pase por su página web, especialmente por la galería de vídeos, tienen incluso maña para realizar sus clips:
-Página Oficial
-Galería de vídeos

Imagen | Deviantart

Pinturas variadas

Este verano ha sido bastante productivo en cuanto a mejorar todo lo posible. Muchos desconocenque desde pequeño suelo dibujar a lápiz aquello que se me pase por la cabeza, generalmente edificios, árboles y paisajes con profundidad, pero también en raras ocasiones algún que otro leopardo descansando en las ramas de un árbol, cosas mías. Siempre he dibujado con las herramientas que tenía más a mano, básicamente material escolar, pero ahora con la nueva adquisición de lápices de distintas durezas y un papel más rugoso estoy intentando mejorar un poco las sombras y la intensidad del trazo (mis asignaturas pendientes).

En mi vida solo he tenido un caballete y un lienzo y no más de 10 colores para pintar al óleo, un regalo que me hicieron unos muy buenos amigos, sin embargo por motivos de "orden doméstico" y mi temprana edad no fueron utilizados nunca.

Ahora mismo no es que pueda decirse que tenga un nivel suficiente como para considerarme un pintor, ni siquiera como algo esporádico. Se trata más bien de una afición de la que no quiero separarme y con la que tengo una curiosidad por avanzar bastante pronunciada. Creo que si me estoy atreviendo a colgar los dibujos que hago en la pared, todo irá sobre ruedas en el futuro. Espero que algún día pueda recuperar caballete y lienzo y pueda empezar (con menos miedo del que tengo ahora) a dar brochazos y alguna que otra pincelada acertada.

Por ahora ya tengo una inspiración, y el muchacho es de Granada, Chico Montilla:


...con bastante tiempo en la espalda escuchando susurros, y la sonoridad del silencio. Ha llegado el momento de alzarse, elevar la voz y aclamar la conciliación por la que se ha luchado tanto. Es el momento de aprobar este presente que nos ha sido ofrecido. Quizás el tiempo nos lo usurpe, los futuros son inciertos y traicioneros. Retratad el momento, pues queremos que sea eterno, luchemos contra lo que nos impida mantenerlo.

Ahora, como vosotros, estoy en paz.