Invisible


Retorcido en esta honda habitación de papel conseguí darme cuenta de lo absurdo que sería hacer todo esto que me rondaba el pensamiento. Invisible, me siento, no me percibo a mí mismo después de mirarme en la mañana al espejo. No veo más que el borrón de un camino mal recorrido, solo errores cometidos y consecuencias producidas en el rostro. Y de alguna forma sonrío de mi ignorancia, me carcajeo de no tener ni un solo gramo de ética, que me llevas y me traes. Y la mañana se torna oscura, el gris del cielo me impide mirar hacia arriba y suplicar. Y me carcajeo de mi espíritu, y me río en el más profundo desorden. Y luego apareces tú, con tu otra risa que me hace cambiar, y entonces vuelvo a respirar, siento que debo estar a tu lado y olvido el tiempo y el espacio y entonces retorcido en esta honda habitación de papel, retorcido en mis adentros me doy cuenta de que no me puedes ayudar, de lo absurdo que ha sido todo, todo desde el principio. Empiezo a perder la fe, y me siento así, borroso, oscuro, confuso, invisible...

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