Y los dioses le dijeron a los animales: ¿queréis vivir? tendréis que matar. Y de los restos de todos los cadáveres se nutrieron los bosques durante años. Mientras tanto los humanos seguimos rapiñando como castigo por comer carne. Nuestras acciones fueron castigadas por la absoluta justicia, Prometeo se equivocó al apoyarnos. Yo me equivoqué al confiar, ahora trato de mantener a los inocentes de esta historia, como si eso hiciese que fuera capaz de perdonarme.
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