Qué increíble estupidez, adentrarse en aquel bosque del que quedaste preso. De entre sus luces y sombras, caminante sin rumbo, acecha la sagrada humedad tranquila y sosegada. Y para tu sorpresa quedaste prensado de la figura que percibían tus aún tiernos ojos, sorprendido mientras el aire envolvía al mito quisiste tocar la superficie helada y húmeda de una silueta sinuosa. Qué estupidez cometiste al visitar a aquel espectro, en tu profunda ignorancia, joven fracasado, te enamoraste de sus movimientos tanto y tan profundo. Tu silencio se mezcla enrollado entre la punta de tus dedos, que acariciándose recíprocamente entre las dimensiones separadas llegarías al éxtasis de lanzarte y convertir la vida en sangre derramada. Nos cubrirán tus flores, joven inmortal.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buen post ;)

enphasis dijo...

gracias hombre :)