Ninguno puede explicar qué ocurre, no existen palabras para explicar cómo es ése lugar. Solo quiero ir allí contigo y ocultarme. Sintiendo el abrazo de lo predestinado, un templo incandescente, mojado y gigantesco. Lo más bello, oculto bajo el agua y sobre sus profundidades. Tiemblo cada vez que me aproximo, es difícil soportar tanta belleza. Todo puede serlo. Y debajo de los párpados, sobre sus profundidades, entorna la mirada, se moja la piel bajo la ducha. Promete dar la vida en sueños. Caminemos hasta él, hacia la inexistencia delfín.

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