Admira la forma más sencilla. Puedo salir ahora de una torre que encarcele mis miedos y destroze mis sentimientos. Puedo ahora salir a respirar el aire por fuera de ella. Porque oí tu voz a lo lejos, y levanté la vista con una esperanza abrumadora busqué la salida y tú ahogándote, gritando... gracias a eso te pude encontrar. Entonces encontré un gran portón, madera roída por el tiempo y polvo de oscuridad, conseguí abrir lo que parecía un muro de sillares y me quedé paralizado al ver la mañana nublada. La mañana nublada de esperanza donde se observaban las plantas húmedas por una lluvia que casi no se sentía. No se entendía.
Tú allí y yo rodeo tu mundo, yo que no había conocido la vida. Vas y me la enseñas.

Y en ese momento siento y me duele, me duele y grito, parece que no acaba el sentir, puedo tocar la lluvia con mi piel y respirar el aire que me entregas. Entrega que me confunde y me aturde. Aprendo a convivir contigo sin saber dejar de hacerlo y entonces... todo se destruye y llegan tus mares. Ahora se vivir.
Admira la forma más sencilla. Estoy aturdido... hemos creado realidades, las hemos estudiado y las hemos destruido en esas tormentas de cristales. Ya pueden llovernos rayos, metralla u osos polares asesinos que ni un día más... los temores van a conseguir declarar una guerra en mi corazón. Ellos seguirán luchando y yo indiferente a las realidades en nuestra inocencia. Árbol de inocencia que jamás muere te comunicas a través de tus ramas y contagias tu forma en tus raices. Admira la forma más sencilla...
...Que yo me ocuparé de admirarte a ti...
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