El viaje


Sonries con mirada infantil, tu rostro parece el de una niña en vacaciones, que vive ajena a la tristeza. Y corres junto a mí, me rozas y jugamos a correr por encima de la arena. Sin que el polvo que se levante nos moleste. Bostezas y yo respiro acelerado. Entretanto nos tumbamos en aquel viejo banco desgastado y aún solo te veo el rostro.

Te propongo jugar conmigo, te propongo atreverte a soñar despierta... te propongo que cierres los ojos y sueñes junto a mí. Solo tienes que sentir el aire que roza tu silueta y tú alzándote como un espíritu que sube y baja sin obstáculos. Y al alba te dejo que sigas bailando pues he descubierto una luz que brilla por sí sola. Y al alba abandono tu gran sonrisa que me confunde para irme volando hacia ti. Y, sin esperar más, ni un minuto más...


...Salimos disparados hacia lo alto, luchando por ser el más grande... creando entre nosotros un rayo de luz en el que se puede ver toda la grandeza de la tierra y entrecruzándonos nos perdemos en el universo, y vuelo más y más alto... alto, alto y entonces bajo y bajo hacia ti y me alcanzas, y te alcanzo es cuando no me importa lo demás solo lo que puede hacer tu luz en lo más profundo de mi espiritu, no me importa nada que sea ajeno a ti. Eres luz de vida que crece y crece y se desenvuelve en esta vida que parecía tan ruín.

Amiga mia, jugamos juntos a este juego y me encantaría volver a repetirlo. Sí, te confieso que he conseguido estar completo eliminando la realidad y fundiéndome con lo que considero más puro y hermoso... Lluvia temprana que ocultas sueño de vida, dulce melancolía que te vas perdiéndote en un camino de malvas. Vivo subordinado a tu melódica voz.