Porque ella estuvo cantándome sus canciones en francés,
Su fuerza contra mi mano se convertía en una caricia,
Sus dedos de seda arrugada y su mirada perdida entre los setos,
Su corazón despeñándose entre Roldanes y Carlomagnos,
Mi corazón que creía estar alzándose hacia el cielo,
Mientras que otros podrían estar siendo conducidos al infierno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario