Me despierto como cada lunes una hora antes para poder sentarme junto a la ventana y ver cómo amanece, tras la noche surgirá un brillo tan intenso que cegará hasta lo opaco, que deslumbra y hace que tengamos que cerrar los párpados y dejar de confiar en lo que se ve. Comenzará a irrumpir una brisa tan helada que congelará el tiempo. La dulce armonía de tus palabras hará generar una energía que atraerá toda la materia hacia otro lugar, muy lejos de aquí. Mientras que el mundo gira y los mares nos envían sus olas existirá la noche silenciosa para hacernos descansar despistados, moviéndonos sobre una fina capa, tejiendo nuestro destino entre constelaciones. Iluminando lo que no puede entenderse. Brillando sin tiempo tan intensamente.

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